Nuestro método
En La Brasa, trabajamos con proveedores que nos garantizan y certifican la calidad y la regularidad de las carnes procedentes de ganaderías tanto nacionales como europeas, que se rigen por los más altos estándares de calidad.
PREPARAMOS UN PLACER CARNÍVORO DESDE EL MOMENTO QUE ESCOGEMOS NUESTRAS CARNES
Seleccionamos las piezas que vamos a trabajar y madurar en base a la raza, género y estructura del animal, así como por la infiltración de grasa. Por regla general, todas nuestras carnes proceden de hembras de más de 2 años de edad, lo que se traduce en carnes mucho más jugosas.
Desde la Ternera al Buey, pasando por la Vaca Vieja, en La Brasa trabajamos con distintas razas y diferentes maduraciones, para que puedas encontrar el sabor que más se adapta a tu paladar: carnes suaves y delicadas o sabores potentes y penetrantes.
POTENCIAMOS SU SABOR DESDE EL PRIMER DÍA
Una vez recibida la carne, decidimos qué maduración necesitará en base a su composición. En ocasiones, ya nos llega con algunos días de maduración, pero siempre nos gusta tenerla al menos una o dos semanas más en nuestra cámara con una temperatura y humedad controladas. Este método, conocido como “dry aged” hace que la carne pierda entre un diez a un veinte por ciento de su peso por la deshidratación y evaporación del agua que contiene, los sabores se potencian y las texturas se suavizan. Solo cuando consideramos que la carne está en su mejor momento nos preparamos para crear tu experiencia carnívora.

EL MOMENTO DE LA VERDAD: EL COMPLEMENTO IDEAL PARA UN VERDADERO PLACER.
Una vez el cliente selecciona la pieza, nuestro maestro parrillero la prepara. Primero, atemperando la carne lejos del fuego para que pierda el frio, y luego, marcándola en la parrilla de carbón a fuego vivo para sellar la superficie. Es ahí donde ocurre la magia: madera, fuego, carbón, brasa, humo…
En la parrilla se desvelan las bondades de la carne. El fuego, acariciando su superficie, descubre los sabores que durante tanto tiempo guardó en su interior. Ya sólo queda trincharla, servirla, y disfrutar de los placeres de la carne y la brasa.

